Camping
Amanece. El sol provoca destellos intermitentes al chocar contra la chapa de las caravanas. Deslumbran a los madrugadores. Espero a que Juan aparezca tambaleándose por detrás de los lavabos. Ahí está. Levanta una mano. Se acerca. Nos saludamos, desganados. Es hora de irse a dormir.
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