14 de enero de 2009

Listas

Igual que Rob en Alta fidelidad, tengo en alta estima a las listas. Es un vicio que tal vez debería acomplejarme, pero disfruto mucho haciendo ese tipo de inventarios. Es como si utilizases esa simplificación para reordenar tus prioridades: más importante que el asunto sobre el que haces una lista es el hecho de que eres tú quien establece una jerarquía sobre ello. 
A pesar de que nos hacen creer que hoy padecemos sobreabundancia de posibilidades, la libertad que verdaderamente ejercemos es muy limitada. Nos quedan, al cabo, los gustos particulares, las filias y fobias. Las listas. Nadie te obliga a que te guste algo, aunque el discurso oficial de la intelectualidad o del márketing siempre trate de condicionar tus preferencias. Lo más triste de una dictadura es cuando se censuran los libros, las películas, las canciones, cuando se acotan los viajes, y se vigilan o se prohíben las reuniones. Por ahí empieza a pudrirse un régimen, siempre.

Reparo en todo esto mientras pienso en la lista de los libros que voy a leer en las próximas semanas, los que ya aguardan su turno en mi mesilla:


  1. El buen soldado. FORD MADOX FORD.
  2. Historia abreviada de la literatura portátil. ENRIQUE VILA-MATAS.
  3. Carta breve para un largo adiós. PETER HANDKE.
  4. Prisión perpetua. RICARDO PIGLIA.
  5. El secreto del mal. ROBERTO BOLAÑO.
  6. Un trozo de mi corazón y La última oportunidad. RICHARD FORD.
  7. El parque de los ciervos. NORMAN MAILER.

Y otros tantos.


 

0 comentarios: