30 de octubre de 2007

Fe de errores

Se suele quejar uno de lo poco que rectifican los demás, pero mira poco la viga en propio ojo. La justicia, tantas veces injusta, de allá para cuando recula y uno tiene que acompañar ese repliege porque la elegancia no hay que perderla nunca. Guardiola no se dopó y aquí no nos lo creímos . Por eso, por vergüenza torera, admito el error. Rectifico.

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