Fe de errores
Se suele quejar uno de lo poco que rectifican los demás, pero mira poco la viga en propio ojo. La justicia, tantas veces injusta, de allá para cuando recula y uno tiene que acompañar ese repliege porque la elegancia no hay que perderla nunca. Guardiola no se dopó y aquí no nos lo creímos . Por eso, por vergüenza torera, admito el error. Rectifico.
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