28 de febrero de 2006

«I have a dream» - «"Tení" un sueño»

El lunes por la noche escuchaba en el duermevela las explicaciones de Florentino en Realmadrid TV y le oí volver a conjugar mal el pasado del verbo «tener». Dijo tení en lugar de tuve. Era la segunda ocasión en pocas horas en que volvía incurrir en el mismo gazapo. Un error achacable a los nervios y a la presión, claro, pero acaso también una metáfora de un hombre al que se le da fatal el pasado. Un tipo concentrado en el futuro, pendiente del próximo movimiento de ajedrez. Un estratega que sabía perfectamente (y así lo ha demostrado) que no se gana nada lamentándose por un peón caído en la refriega. Él se merendó a unos cuantos peones para salvar el cuello antes de asumir su propio jaque mate.

Martin Luther King pasó a la historia gracias, en parte, a aquella sentencia pronunciada en un discurso ante miles de fieles: «I have a dream». Aquella arenga dibujaba un ideal de hermanamiento entre los hombres, lejos de razas y de pasaportes, del que el vestuario del Madrid es una antítesis palmaria. El hombre libre, hecho a sí mismo, que es Florentino, también proclamó hace seis años su particular «I have a dream». Soñó en voz alta con ser el promotor de un equipo que reuniese a los más grandes y aclamados futbolistas del momento. Soñó con una plantilla sin defensas, todo arietes. Soñó con un club sin molestos cuerpos técnicos, ni rigideces tácticas, sólo dioses en pantalón; sólo brillo, y millones de flashes. Ahora, demasiado tarde, cuando los flashes empiezan a olvidarse de él porque es ley de vida, quizás haya tomado conciencia de sus errores. Soñar es humano. Equivocarse, por supuesto, también. El resultado del sueño de Florentino se asemeja a esa puerta cerrada de la imagen que preside este comentario. Cerrado. Portazo y a otra cosa.

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