6 de septiembre de 2005

Iñaki




"Los cínicos no sirven para este oficio". El polaco Ryszard Kapuscinski, probablemente el mejor reportero en activo, tituló uno de sus sabios libros con esa frase. Recién licenciado como periodista, uno busca referentes a los que aferrarse, gente con oficio y sacrificio, con brillantez incluso, cuyos pasos seguir a tientas. Iñaki ha sido, desde siempre, el referente; el periodista con mayúsculas. En este país tan cainita y en esa hoguera de vanidades que son los medios, destaco por encima de otras muchas virtudes suyas la naturalidad, la inocencia con la que encaraba cada minuto de radio. Esa capacidad para dejarse sorprender por cada amanecer, porque cada día es único, como le gusta recordar, es lo que nos mueve a muchos a seguir su estela. Eso, y, sobre todo, la humildad. Nunca dio la impresión de estar a disgusto, nunca levantó la voz, nunca miró por encima del hombro, pese a estar en lo más alto. Gracias, Iñaki, por enseñarnos este oficio, y por enseñarnos a no ser cínicos.

Este es su homenaje, en radiocable

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