1) Me Voy, de Jean Echenoz. Contemporánea novela de aventuras, que respira, en el transfondo, una saudade muy pesimista, a la francesa, con ese aliento nihilista que implica desprenderse de todo lo que nos preocupa, lo que nos hiere. El hombre del XXI, extraviado ante tantas opciones.
2) Suicidios ejemplares, de Vila-Matas. Soy cada vez más adicto a la escritura voluble y genial del barcelonés. Este volumen de relatos publicado hace dieciocho años es un precursor de la obsesiva Doctor Pasavento en esa búsqueda de la desaparición.
3) Prosas apátridas, de Julio Ramón Ribeyro. Me gustan más sus cuentos. Bastante más. Esta colección de pecios inclasificables del peruano contiene alguna reflexión deslumbrante, pero el conjunto, además de deslavazado, es un quejido pequeñoburgués del que me distraigo con frecuencia. Ribeyro es mejor cuando pone el ojo en los perdedores, en el lumpen.
0 comentarios:
Publicar un comentario