6 de marzo de 2005

El rescate y la venganza

¿Paradoja? ¿Casualidad? De eso nada. Cuando mataron a Couso, ya lo barruntamos muchos. Otros creyeron que exagerábamos. Esto es la confirmación: Irak es la jungla. Y en la jungla impera la ley del más fuerte. Una reportera de un diario comunista, un rescate, con fianza de por medio, pactado a espaldas del virreinato yanqui... Una manta de disparos (300) para acallar al disidente, para demostrar quién manda. Podríamos atribuirlo todo a un error. El miedo cargó el fusil de los soldados, la confusión les hizo apuntar hacia un coche sospechoso, el sol del mediodia les calentó la sesera, y el desoncierto les empujó a apretar el gatillo...
Trescientos disparos. Eso no es un accidente. La cámara de Couso jamás pudo ser confundida con un bazoka. En una guerra todo es mentira, desde el parte de bajas hasta el avance del frente. No vayan a esperar que sigamos creyéndoles. Van de camino al derrumbe. Hay indicios evidentes.

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